La rebeldía o conductas de oposición y negativismo frente a los padres y profesores son actitudes frecuentes en la adolescencia. Se relacionan con la búsqueda de la propia identidad y, aun generando cierto grado de conflicto, no debemos confundirlas con determinados problemas de conducta susceptibles de atención especializada.
Sin embargo, cuando estas conductas suceden con mayor intensidad y frecuencia a la observada habitualmente entre los menores del mismo nivel de desarrollo, no remiten con las medidas educativas y se dan en distintos contextos (hogar, escuela, calle), entonces, sí requieren de la atención especializada del psicólogo.
Consecuencias: bajo rendimiento escolar, abandono precoz de los estudios, baja vinculación con el grupo de clase, falta de comprensión de los límites y normas, incapacidad para establecer interacciones eficaces y satisfactorias con los iguales y adultos, ansiedad, depresión, baja autoestima, baja tolerancia a la frustración, inestabilidad emocional y conflictividad elevada.
Atención Individualizada
Pautas para la familia
Mientras que una autoestima óptima, sana y genuina favorece el bienestar psicológico y el afrontamiento exitoso de los retos, contradicciones y conflictos de la vida; una autoestima deficitaria o distorsionada puede dar lugar a ansiedad, narcisismo, depresión, sumisión, dificultades psicosociales e indecisión.
Ofrecemos asistencia psicológica individualizada dirigida a fomentar el desarrollo de sentimientos de autovalía, de virtud personal, de competencia y crecimiento personal; así como a potenciar la capacidad de establecer relaciones positivas, de resistir a las presiones sociales, y de aceptar tanto los aspectos positivos como negativos de uno mismo.
Los centros educativos son escenarios de convivencia en los cuales los menores desarrollan unas de las áreas más trascendentales de sus vidas: su vida afectiva, social y moral.
Para la mayoría de los estudiantes, acudir al colegio o Instituto es una experiencia gratificante en la que compartir las actividades diarias con sus compañeros, pero, para otros, puede convertirse en una experiencia imposible de soportar día a día, ya que lo que encuentran, más que a un compañero/s, es a un enemigo/s.
Un/a estudiante es víctima de acoso escolar, violencia escolar o bullying, cuando es objeto de la conducta agresiva, intimidatoria e injusta por parte de otro/s compañero/s durante un período de tiempo prolongado: hace comentarios mezquinos o desagradables, se ríe de él o ella, o le llama por nombres molestos o hirientes; le ignora completamente, le excluye de su grupo de amigos o le retira de actividades a propósito; le golpea, patea, empuja, o amenaza; cuenta mentiras o falsos rumores sobre él o ella, le envía notas hirientes, y trata de convencer a los demás para que no se relacionen con él o ella.
Actuaciones intimidatorias que el agresor/a lleva a cabo aprovechándose de la inseguridad, miedo o dificultades personales de la víctima para pedir ayuda o defenderse, así como de la falta de respuesta por parte del entorno cuando maltrata a un compañero/a.
La finalidad de la intervención psicológica es detener el acoso escolar, promover la socialización satisfactoria del agredido/a o agresor/a con su grupo de iguales, y prevenir o eliminar las graves consecuencias que el acoso escolar tiene tanto para el agredido/a como para el agresor/a.
Hablamos de fracaso escolar para referirnos a aquellos casos en los que los alumnos, pese a estar capacitados intelectualmente, sin embargo, presentan dificultades en su aprendizaje escolar y no alcanzan los objetivos mínimos fijados por el currículo educativo.
Como consecuencia, suspenden varias asignaturas constantemente o bien repiten curso. Situaciones que predicen el abandono temprano de los estudios y provocan malestar emocional y ansiedad.
Esta dificultad se presenta debido a la interacción de diferentes circunstancias personales y contextuales como, por ejemplo, falta de motivación, carencia de un objetivo o propósito de futuro, poca organización y constancia en el estudio, baja autoestima, bajo nivel de autorregulación o un autoconcepto negativo.
Ofrecemos asistencia especializada dirigida prevenir el fracaso escolar o a intervenir tan pronto se detecten factores de abandono o de poca adaptación al centro educativo, procurando que el menor continúe sus estudios y los finalice con éxito.
Atención individualizada